¡No cabe duda, la culpa es de quién lo hizo compadre…!

Por Leoncio Castrejón Salgado

A través del tiempo, la historia nos dice y enseña, que las grandes transformaciones en el ámbito social, económico y sobre todo político, van acompañadas de decisiones sensatas, coherentes, discretas, cautas, razonadas y con humanismo a toda prueba.

También la historia señala de quienes han influido significativamente en los cambios sociales, son aquellas mujeres y hombres juiciosos, rectos, prudentes, inteligentes y leales a quienes les brindaron la oportunidad de servir a su pueblo desde determinada trinchera.

Desde luego que los tiempos han cambiado, las circunstancias varían constantemente y no permiten anticipar con exactitud, el rumbo que pudiera tomar determinado personaje en sus acciones.

Sin embargo, en la administración política de un territorio, existen factores, rutas, modelos, reglas y caminos que invariablemente se deben seguir so pena de cometer omisiones que conduzcan en delitos cometidos por los servidores públicos.

De unos años a la fecha, en la política del país han pasado u acontecido situaciones que hasta hace poco eran rarísimas o de plano desconocidas para la sociedad. La referencia es en alusión a quienes en alguna administración de los diferentes niveles de gobierno, han sido llamados a colaborar o son asignados en pago a facturas políticas. Esto, es más frecuente hoy en día. Baste señalar en la recién administración estatal en la entidad y que por cierto, aún falta por cerrar algunas vacantes en el gobierno del estado.

Hace apenas unos días, dimos cuenta de los puntos de vista tan encontrados entre algunos secretarios y de quien es el titular del ejecutivo del estado. Que por cierto, aunque hacen esfuerzos extraordinarios para que no trasciendan, éstos finalmente se conocen a detalle.

En el transcurso de la semana que esta por concluir, otro flamante secretario sale con su jalada, por decirlo de manera elegante, como queriendo ser protagónico mediático. Veamos: El secretario de Seguridad Pública del estado, Ramón Almonte Borja, declaró que ante el incremento de la delincuencia, lo más recomendable sería que la población se armara y así intentar enfrentar ese flagelo social.

¡Se imagina estimado lector, la puntada del personaje encargado de la seguridad pública a nivel estatal…! ¡Bendito sea el Señor…!

El día que eso llegue a suceder, las funerarias harían el negocio de su vida y las compañías de seguros se encontrarían al borde del colapso financiero.

Sin embargo, más tardó el Secretario Seguridad Pública en resbalarse y caer, que su jefe en recriminarle de manera pública, que la postura del gobierno del estado no era la de armar a la población. ¡Que Dios nos tome confesados…! Y que la declaración, ¿declaración? Del secretario, posiblemente la había hecho a título personal. Y bueno, después del exabrupto público, todo indicaba que el flamante secretario en referencia, había entendido la regañada y jalón de orejas.

Sin embargo, ¡oh mi Dios!, bien dice el dicho: "… la ignorancia es atrevida y el mucho saber embrutece al hombre…" ¡y vaya que sí eh! Pues resulta que el susodicho secretario, lejos de aprender de sus tropiezos y errores garrafales, arremete de nuevo con sus brillantes "ideas y planteamientos teóricos sobre la seguridad" y como dice el otro dicho: “…y sigue la burra dándole al trigo…” Y como para dejar claro quién es el secretario y evidenciar que lo que le digan sus jefes se lo pasa por el arco del triunfo, y lo digan desde las altas esferas del poder le vale mais… y aclara que lo que dijo hace unos días fue a título personal y que sigue en su postura de que la población use armas para defenderse de la delincuencia.

Solo falta que a título personal, nos asesore en qué tienda debemos comprar el arma, marca y tipo y calibre…

No cabe duda que al ciudadano gobernador sus chamacos le salieron berrinchudos y respondones. Por eso el título: “No tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre…”. Ahora solo falta conocer ésta interrogante: ¿Hasta cuando les va a aguantar su irreverencia, desplantes y demás…? ¡Sí, solo demos tiempo al tiempo!

Mientras tanto, ¡Que tenga usted, un excelente fin de semana!

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