lunes, 30 de enero de 2012

La ciencia detrás del arte
  • Investigaciones dan nuevas pistas para autentificar y entender obras maestras
  • No sólo la intuición artística y la controvertida técnica de arrojar pintura sobre lienzos tendidos en el piso dieron a los cuadros de Jackson Pollock su sello característico: la física de sistemas caóticos y los fractales (estructuras que se replican a diferentes escalas) también explican aspectos que dan originalidad a sus obras.
Así lo demostró el físico y psicólogo Richard P. Taylor, quien en 2006 difundió un estudio con el cual ayudó a autentificar pinturas atribuidas al maestro del expresionismo abstracto, que al final resultaron falsas. El científico descubrió que bajo los caóticos trazos de Pollock se oculta una regularidad presente también en la geometría de los fractales.
Como Taylor, muchos otros investigadores se han acercado al arte con una nueva mirada analítica que, más allá de la estética, aporta claves valiosas para entender el origen, contexto e historia de grandes obras maestras. Aquí algunos ejemplos tomados del libro Un científico en el museo de arte moderno, de Luis Javier Plata, que a partir de este mes estará disponible en México (Siglo veintiuno).
FRACTALES Y EXPRESIONISMO
El físico Richard Taylor es autor del trabajo Chaos, fractals, nature, A new look at Jackson Pollock, publicado como libro en 2006. En esta obra describe una herramienta matemática que desarrolló para ayudar a autentificar varios cuadros del pintor expresionista abstracto.
Taylor pensó que las caóticas pinturas del artista estadunidense, sobre todo las que van del periodo de producción de 1943 a 1953, desplegaban patrones como los que se observan en los fractales, con su geometría auto-replicante.
El físico sobrepuso a cinco obras maestras del artista (entre ellas Postes azules No 11, pintada en 1952) una serie de cuadrículas generadas por computadora para efectuar el análisis. Así confirmó su sospecha: los trazos efectivamente reproducen la geometría fractal.
CUBISMO Y RELATIVIDAD
Así como Albert Einstein revolucionó la ciencia al introducir el concepto de Relatividad, Pablo Picasso hizo lo propio en el campo estético al explorar la geometría del espacio-tiempo con sus obras cubistas. Al menos eso considera el físico estadunidense Arthur I. Miller.
Miller, autor del libro Einstein y Picasso: el espacio, el tiempo y los estragos de la belleza, plantea que Las señoritas de Avignon, que el artista español pintó en 1907, es una suerte de "experimento mental" (escenario hipotético) similar a los que propuso el físico alemán para explicar la Teoría Especial de la Relatividad, publicada en 1905.
En la geometrización-deformación de las 5 mujeres que aparecen en el cuadro, Miller ve la representación de la cuarta dimensión a través de la simultaneidad espacial: en vez de una sola, coexisten múltiples perspectivas en ese plano.
ATARDECER Y CENIZAS VOLCÁNICAS
Los físicos Donald W. Olson y Russell L. Doescher, de la Universidad de Texas, hurgaron la causa de ese atardecer que tanto impactó al pintor expresionista Edvard Munch y que plasmó en una triada de cuadros: El grito, Desesperación y Ansiedad, realizados entre 1893 y 1910.
Antes se creía que en la época en que pintó El grito los atardeceres rojo intenso eran comunes en el norte de Europa (la imagen que inspiró a Munch la presenció en Oslo). Pero los cientificos determinaron que la coloración que retrata era efecto de la contaminación atmosférica por las cenizas del volcán Krakatoa.
El volcán -localizado en Indonesia- hizo erupción y culminó con grandes explosiones en 1883. Fueron tan violentas que provocaron la muerte de unas 40 mil personas y podían escucharse a más de 4 mil kilómetros de distancia. Desde ahí las cenizas se esparcieron por el mundo.
BAJO UN CIELO TURBULENTO
Investigadores del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada de la UNAM descubrieron que el efecto visual de "movimiento" que se percibe en La noche estrellada, cuadro pintado en 1889 por Vincent Van Gogh, obedece a que sus patrones de luminosidad corresponden a una escala matemática que describe los flujos turbulentos.
Los científicos liderados por José Luis Aragón analizaron la distribución estadística de luminancia (cantidad de luz que refleja una superficie en determinada dirección) apoyados en una computadora y una imagen digitalizada de la obra, obtenida del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Ellos analizaron las variaciones en los patrones de luminosidad del cuadro pixel por pixel. Los resultados coincidieron con la llamada escala de Kolmogórov, una herramienta matemática introducida en 1941 por ese académico ruso donde describe flujos turbulentos a pequeña escala, que son similares a los que produce un jet o un ventilador al agitar las moléculas del aire.
La descripción de esos fenómenos no resulta nada sencilla; pero con dicha herramienta matemática Kolmogórov logró relacionar las fluctuaciones de la velocidad de una corriente con la intensidad a la cual es disipada la energía por medio de la fricción. El genio holandés plasmó todo eso a través de una visión meramente intuitiva.
ARTE TRANSGÉNICO EN SERES-OBRAS
Así como los científicos introducen genes de una especie a otra para producir mejores cultivos o medicinas recombinantes, algunos artistas están usando la ingeniería genética para enriquecer su discurso estético.
Ejemplo de ello es el arte transgénico del brasileño Eduard Kac, quien con apoyo de científicos del Instituto de Investigación Agronómica en Francia desarrolló en 2000 el primer ser vivo-obra: el conejo fluorescente Alba.
Al conejo se le introdujo la Proteína Verde Fluorescente (GFP, presente en la medusa Aequorea Victoria e inofensiva para los mamíferos). Esta emite una luz verde brillante cuando es expuesta a la luz azul o ultravioleta. Después de esto, el artista ha producido un plantimal: una petunia a la que introdujeron algunos genes de él.

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