Mexicanos identifican 15 genes relacionados con cáncer de seno
Científicos mexicanos que trabajan en la secuenciación de genomas identificaron al menos 15 genes nuevos que están vinculados con la aparición de cáncer de seno, enfermedad que provoca la muerte de una mujer mexicana cada dos horas. Conocer genes vinculados con la aparición de un cáncer pueden ayudar a elaborar medicamentos específicos o pueden ayudar a decidir si una paciente requiere o no cirugía o quimioterapia.
Los hallazgos fueron realizados por el equipo que encabeza el ex director del Instituto Nacional de Medicina Genómica y fundador de la compañía biotecnológica GBC Group, Gerardo Jiménez, quien habló sobre el análisis genómico del cáncer de mama durante la reunión general de la Academia Mexicana de Ciencias llamada Ciencia y Humanismo 2012.
El investigador expuso las aplicaciones concretas de la genómica en el combate contra cáncer de mama y detalló que cada vez se conoce mejor el genoma de las células cancerígenas y así se han podido identificar nuevos blancos terapéuticos para posibles medicamentos.
“Se han identificado diversos tipos de genes que participan en la fisiopatología del cáncer de mama; oncogénesis, supresores de muerte celular, diferenciación y reparación de ADN”, indicó Gerardo Jiménez.
Este mejor conocimiento de los genomas ha sido posible gracias a una nueva tecnología llamada Secuenciación de Nueva Generación.
“Las tecnologías actuales permiten comparar la secuencia completa de tumores cancerígenos con la secuencia de células normales del mismo individuo”, explicó Jiménez antes más de 200 investigadores de la AMC. “La Secuenciación de Nueva Generación detecta una amplia gama de mutaciones y ofrece un nuevo paradigma para la identificación de genes asociados al cáncer”.
Aunque en otros países se realicen estudios sobre el genoma de cáncer de mama, es importante que México cuente con sus propios estudios genómicos pues la población de este país tiene singularidades genéticas derivadas de nuestro origen mestizo, con un fuerte componente indígena.
Es posible que algún componente hereditario haga a las mexicanas más vulnerables a padecer cáncer de seno siendo más jóvenes que mujeres de otros grupos étnicos, según indicó el doctor Jiménez.
“Datos epidemiológicos indican que el cáncer de seno se presenta, hasta una década antes, en mujeres mexicanas que en otras poblaciones”, precisó.
Mientras en México el mayor número de mujeres con cáncer de seno se ubica en un rango de edad de los 30 a los 54 años, en otras poblaciones la enfermedad suele presentarse más entre mujeres que tienen entre 41 y 63 años.
Estos datos epidemiológicos son uno de los principales argumentos para realizar una investigación más detallada a nivel molecular, que es la que actualmente sigue en proceso.
SECUENCIA RÁPIDA. Todas las células, enfermas o saludables, guardan información hereditaria, con instrucciones para diferentes procesos biológicos. Esta información hereditaria está contenida en una molécula, que siempre tiene forma de doble hélice y que es el genoma, donde están contenidos los genes.
Cada vez que se forma una nueva célula, copia en su núcleo la molécula con el genoma de su célula antecesora. Una anomalía en esta copia del genoma es lo que ocurre cuando aparece una célula tiene cáncer. Esta célula enferma ha perdido algunas de las funciones de las células normales debido a algún error en la transcripción o copia del genoma. Así, por ejemplo se pierde la función de muerte programada de la célula y las células enfermas se reproducen sin control y no envejecen.
Hoy es posible hacer la secuencia completa del genoma de una célula con cáncer gracias a que en los últimos diez años la tecnología avanzó tanto que abarató y aceleró el hacer secuencias de genomas.
“El costo se redujo un millón de veces en diez años. Mientras en 2001 secuenciar un millón de bases de un genoma costaba 54 mil pesos. Hoy el mismo trabajo sólo cuesta 5 centavos de peso”, indicó el médico para explicar que entre más genomas secuenciaron, más fácil les fue identificar genes vinculados con la aparición temprana del cáncer de seno.
GENOMAS SANOS Y ENFERMOS. La estrategia para el análisis del genoma completo del cáncer de seno se elaboró a partir del estudio de 250 muestras de tejido normal y tejido con tumores de seno. De ese universo se seleccionaron 120 muestras congeladas, a cuyas células se les extrajeron los ácidos nucléicos ADN y ARN para buscar anomalías.
Los mexicanos, cuyos resultados se publicarán en una revista especializada, confirmaron algunas variaciones que ya se habían reportado y que podrían estar asociadas con cáncer, pero además hallaron otras más.
“En los brazos cromosómicos en los que conocíamos que había amplificaciones o lesiones, se confirmaron. Pero además identificamos alrededor de 15 genes nuevos que no se habían identificado”, explicó el doctor Jiménez en la AMC.
Una de las aportaciones adicionales de ese estudio fue que, gracias a las técnicas de estudio molecular de la genómica se pudieron encontrar en algunos tejidos signos de expresión del cáncer que no se podían observar con microscopio.
En los tejidos estudiados se pudieron detectar una amplia gama de alteraciones genómicas que pueden estar asociadas con la aparición de cáncer, pero también vieron que dentro de los distintos tipos de genes que pudieran estar relacionados con el cáncer, hay siete que son los que concentran más mutaciones y que sobre ellos se pueden trabajar posibles terapias con inhibidores de sus efectos.
“Hoy es posible conocer más alteraciones genómicas detectables con secuenciación de nueva generación y esto abre una posibilidad muy grande de identificar las singularidades de cada paciente, los tratamientos a los que puede responder y entrar a un modelo de medicina”, concluyó el ex director del INMEGEN
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